El trío de Impacto: Comunicación, Gestión del Conocimiento y Teoría del Cambio en Organizaciones de Desarrollo
- Fernando Arévalo

- 29 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 may
En las organización dedicadas al desarrollo, veo de cerca cómo interactúan diversos elementos para lograr nuestra misión. Hoy quiero destacar un trio de elementos fundamentales que considero son el motor de nuestro impacto: la comunicación efectiva, la gestión robusta del conocimiento y una teoría del cambio clara y viva. No son elementos aislados; están intrínsecamente ligados y se refuerzan mutuamente para impulsarnos hacia un cambio sostenible y significativo.
Nuestra Teoría del Cambio es esencialmente nuestro mapa. Es la articulación de cómo creemos que se producirá el cambio en las comunidades y sistemas con los que trabajamos. Define nuestros objetivos a largo plazo, los resultados intermedios necesarios y las actividades que implementaremos, basándose en una serie de supuestos sobre cómo funcionará todo. Es nuestra hipótesis de trabajo sobre el impacto.
Sin embargo, una teoría del cambio, por muy bien diseñada que esté, es solo un documento si no se comunica y se nutre continuamente. Aquí es donde entra la Comunicación. Una comunicación interna clara y constante asegura que todo el personal, desde la dirección hasta el equipo de campo, comprenda esta teoría del cambio, su papel en ella y cómo sus actividades contribuyen a los resultados deseados. Esto fomenta la alineación, el compromiso y un sentido compartido de propósito. Externamente, comunicamos nuestra teoría del cambio a socios, donantes y beneficiarios, generando confianza, transparencia y facilitando la colaboración en torno a una visión compartida.
Pero la comunicación no solo transmite la teoría del cambio; también es el vehículo para la Gestión del Conocimiento. La gestión del conocimiento implica identificar, capturar, organizar, compartir y utilizar la información, las experiencias y las lecciones aprendidas dentro y fuera de la organización. Es el proceso de transformar datos e información en conocimiento útil que informe nuestras decisiones y acciones.
La relación aquí es poderosa. Una comunicación efectiva facilita la recopilación de conocimiento: a través de canales de retroalimentación, discusiones, informes y el simple acto de escuchar a quienes están en el terreno. Simultáneamente, una buena gestión del conocimiento proporciona contenido valioso para la comunicación. Cuando sistematizamos nuestras experiencias, identificamos buenas prácticas y documentamos lecciones aprendidas, tenemos historias convincentes y evidencia sólida para comunicar nuestro progreso, desafíos y aprendizajes.
Ahora, cerremos el círculo volviendo a la teoría del cambio. La gestión del conocimiento es crucial para validarla y ajustarla. Al recopilar y analizar información sobre lo que funciona, lo que no y por qué, generamos la evidencia necesaria para reflexionar sobre nuestros supuestos iniciales. ¿Nuestras actividades están produciendo los resultados esperados? ¿Son válidos nuestros supuestos sobre cómo ocurrirá el cambio? El conocimiento adquirido a través de la implementación y la evaluación, facilitado por una comunicación abierta y sistemas de gestión del conocimiento eficientes, nos permite adaptar nuestra teoría del cambio, haciendo que nuestro enfoque sea más efectivo y pertinente.
En resumen, la comunicación es el pegamento que une a las personas y las ideas en torno a la teoría del cambio. La gestión del conocimiento es el proceso que asegura que aprendemos de nuestra implementación y el contexto en el que operamos. Y la teoría del cambio es el marco que guía tanto nuestras comunicaciones como nuestros esfuerzos de gestión del conocimiento, asegurando que estén enfocados en lograr nuestro impacto deseado.
Para nosotros, en el sector del desarrollo, integrar estratégicamente estos tres elementos no es una opción, es una necesidad. Es la forma en que maximizamos nuestro potencial para generar un cambio real y duradero en la vida de las personas.





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