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La inteligencia artificial como aliada del cambio social: oportunidades para comunidades, ONGs y empresas con propósito

  • Foto del escritor: Fernando Arévalo
    Fernando Arévalo
  • 21 may
  • 4 Min. de lectura

La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una realidad cotidiana. Desde asistentes virtuales hasta sistemas de predicción, su presencia se extiende a múltiples sectores. Pero ¿cómo puede esta tecnología beneficiar a quienes más lo necesitan?

1. IA para comunidades: cerrar brechas de acceso

El miedo: “No entiendo cómo funciona”, “es cosa de ricos o expertos”, “me van a reemplazar”.

La solución:

  • Educar en lenguaje sencillo: explicar con ejemplos cercanos cómo funciona la IA (ej. recomendaciones en YouTube o WhatsApp).

  • Mostrar beneficios concretos: cómo la IA puede ayudar en salud, educación, agricultura.

  • Promover espacios de diálogo comunitario para resolver dudas y compartir casos reales.

Ejemplo: En zonas rurales de Colombia, se han implementado programas de alfabetización digital donde la IA es explicada como una “herramienta que aprende, no que manda”

En zonas rurales o con escasos recursos, la IA puede facilitar:

  • Diagnóstico remoto en salud (como IA médica que analiza radiografías o síntomas).

  • Educación personalizada, adaptando contenidos al ritmo y estilo de aprendizaje de cada estudiante.

  • Detección temprana de crisis alimentarias o climáticas a través del análisis predictivo de datos.

Ejemplo real: En India, se ha usado IA para predecir brotes de dengue en comunidades rurales mediante el análisis de datos ambientales y sociales.

2. ONGs más eficientes con IA

El miedo: “Vamos a perder el contacto humano”, “es deshumanizante”.

La solución:

  • Integrar principios éticos desde el diseño: privacidad, inclusión, transparencia.

  • Pilotar proyectos con acompañamiento humano (por ejemplo, chatbots que redirigen a agentes reales).

  • Empoderar a las personas usuarias, permitiéndoles entender y decidir sobre los usos de la IA.

Ejemplo: En África, UNICEF, usa IA para detectar brotes de enfermedades, pero siempre acompaña el proceso con personal comunitario que traduce los resultados y guía la acción.

Para las organizaciones del tercer sector, la IA representa una oportunidad para:

  • Automatizar tareas administrativas, como informes, análisis de datos o gestión de donantes.

  • Medir el impacto de proyectos en tiempo real, identificando patrones y ajustando estrategias.

  • Detectar noticias falsas o narrativas dañinas en campañas de cambio social.

Ejemplo real: Amnesty International ha utilizado herramientas de IA para monitorear violaciones de derechos humanos en zonas de conflicto analizando contenido en redes sociales.

3. Empresas con propósito: innovación responsable

Miedo: “Me van a reemplazar por una máquina”, “ya no seré necesario”.

La solución:

  • Informar con transparencia cómo se implementará la IA en procesos internos.

  • Ofrecer planes de reentrenamiento y reskilling a sus equipos.

  • Comunicar que la IA es una aliada, no una sustituta, especialmente en tareas repetitivas o de bajo valor agregado.

Ejemplo: Una empresa de servicios en México implementó IA para automatizar reportes, pero ofreció a su personal cursos gratuitos de análisis de datos para asumir roles más estratégicos.

En el sector privado, especialmente en empresas sociales, la IA permite:

  • Mejorar la eficiencia operativa sin perder el enfoque humano.

  • Desarrollar productos o servicios más inclusivos, usando datos para comprender mejor a clientes vulnerables.

  • Promover el consumo ético e informado, a través de herramientas de trazabilidad o análisis de impacto ambiental.

Ejemplo real: Ampd Energy diseñó el sistema “Enertainer”, una batería eléctrica de gran escala que sustituye los generadores diésel contaminantes usados en obras de construcción.
  1. Gobierno: regulación clara, transparencia y uso estratégico

El miedo: "Van a usar mis datos sin permiso", "la IA será usada para vigilar", "los gobiernos no regulan lo suficiente".

La solución:

  • Crear y comunicar marcos legales y éticos sólidos sobre el uso de IA (incluyendo transparencia algorítmica, derecho a explicación, y protección de datos personales).

  • Fomentar campañas públicas de educación digital que fortalezcan la confianza de la ciudadanía.

  • Establecer mecanismos de auditoría pública e independiente para los sistemas automatizados del Estado.

  • Promover una IA centrada en derechos humanos, accesible y no discriminatoria.

¿Cómo puede facilitar el trabajo del gobierno?:

  • Automatización de procesos administrativos (ej. análisis de grandes volúmenes de solicitudes o datos sociales).

  • Mejora en la detección de fraudes y asignación de subsidios.

  • Monitoreo en tiempo real de indicadores sociales, económicos y de salud pública.

  • Optimización en la gestión de emergencias, seguridad vial o planificación urbana.

Ejemplo real: Observatorio de Datos y Alerta Temprana (ODAT) – Colombia, utiliza algoritmos para analizar datos sobre desplazamiento forzado, violencia, desnutrición y precios de alimentos

5. Riesgos y consideraciones éticas

No todo es avance técnico. Para que la IA sea verdaderamente útil al desarrollo humano, deben atenderse temas como:

  • Sesgos algorítmicos: si los datos de entrada están sesgados, los resultados también lo estarán.

  • Privacidad y protección de datos: esencial para trabajar con poblaciones vulnerables.

  • Desplazamiento laboral: es necesario reentrenar a personas cuyos empleos puedan ser automatizados.

6. Recomendaciones para implementar IA con impacto

  • Empieza pequeño: identifica un proceso específico donde la IA pueda ayudar.

  • Involucra a las personas usuarias: su perspectiva es clave.

  • Asegura principios éticos desde el diseño: transparencia, justicia, inclusión.

  • Combina tecnología con empatía: la IA no reemplaza el contacto humano, lo potencia.



Fuentes:



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