De actividades sin sentido a resultados con impacto (y sin dramas)

Fernando Arévalo
30 jun
3 Min. de lectura

Actualizado: 6 jul

Pensamiento orientado a resultados lleva al éxito

En muchas organizaciones todavía se cree que trabajar mucho equivale a generar impacto. Se llenan agendas, se tachan pendientes, se suben informes… pero al final del mes, la pregunta clave sigue sin respuesta: ¿Qué logramos realmente?

Ell mundo del pensamiento orientado a resultados es una forma de ver el trabajo con intención, foco y sentido del impacto. Y no, no es solo para ONGs que hacen monitoreo y evaluación: es una manera de pensar que cualquier persona o equipo puede aplicar.

¿Qué es la gestión orientada a resultados?

Es un enfoque que pone el énfasis en lograr cambios concretos y medibles, no solo ejecutar actividades.En lugar de preguntar “¿qué hicimos?”, uno se pregunta:

¿Qué cambió gracias a lo que hicimos?
¿Se logró el objetivo propuesto?
¿Cómo lo sabemos?”

Este tipo de pensamiento nace del enfoque de gestión basada en resultados (RBM, por sus siglas en inglés), muy usado en cooperación internacional, pero hoy aplicable también en comunicación estratégica, proyectos sociales, educación, gestión del conocimiento y desarrollo organizacional.

Hoy en día las empresas cada día se unen al team de fans de RBM que al implementarse de manera ordenada, han aumentado su eficiencia, logrando aumento en ventas, mejoras en atención al cliente, reduccion en cosos, entre otros.

GpR en el Gobierno

Objetivo: Mejorar la eficiencia del gasto público y la calidad de vida de la ciudadanía.

Procesos clave:

Planificación estratégica multianual (PEI, POM)
Presupuesto por resultados (PpR)
Indicadores de desempeño vinculados a políticas públicas
Evaluación y rendición de cuentas

Ejemplo: En Guatemala, el Ministerio de Finanzas y SEGEPLAN implementan el PpR desde 2012. Cada ministerio define resultados estratégicos y productos, como en el sector salud, donde se mide no solo la cobertura, sino el impacto en la salud materna e infantil.(Guía GpR MINFIN-SEGEPLAN)

GpR en ONGs

Objetivo: Maximizar el impacto social con recursos limitados y rendición de cuentas a donantes.

Procesos clave:

Teoría del cambio y marco lógico
Indicadores de impacto y sostenibilidad
Monitoreo participativo con comunidades
Informes orientados a resultados y lecciones aprendidas

Ejemplo: La UNODC aplica GpR en proyectos de prevención del delito y desarrollo sostenible. Utilizan marcos lógicos, indicadores SMART y evaluaciones externas para asegurar que los fondos generen cambios reales. (Manual de Gestión Basada en Resultados – UNODC)

GpR en Empresas

Objetivo: Alinear los esfuerzos del equipo con los objetivos estratégicos y mejorar la toma de decisiones.

Procesos clave:

OKRs (Objectives and Key Results)
KPIs alineados con metas de negocio
Cultura de mejora continua y accountability
Evaluación de desempeño basada en resultados

Ejemplo: Empresas como Zendesk aplican GpR para mejorar la experiencia del cliente. Usan dashboards con métricas clave, revisiones trimestrales y decisiones basadas en datos para optimizar procesos. (Gestión para resultados en empresas – Zendesk)

Elemento	Gobierno	ONGs	Empresas
Enfoque principal	Valor público y políticas	Impacto social y sostenibilidad	Rentabilidad y eficiencia operativa
Herramientas comunes	PpR, PEI, indicadores nacionales	Teoría del cambio, marco lógico	OKRs, KPIs, dashboards
Evaluación	Auditorías, informes públicos	Evaluaciones externas, donantes	Revisión de desempeño y ROI
Participación	Ciudadanía y actores públicos	Comunidades y beneficiarios	Equipos internos y stakeholders

Pero... ¿y cómo empiezo?

Definir tu propósito: “¿qué cambio quiero lograr?”
Establecer indicadores claros y tiempo para medirlos.
Planificar acciones conectadas y evalúa resultados intermedios.
Ajustar según lo aprendido y documenta el proceso.

Ejemplo

La Gestión para Resultados no es una moda pasajera ni un protocolo burocrático más—es un cambio de mentalidad que pone al ser humano, al impacto y a la evidencia en el centro de cada acción. Ya sea en el gobierno, una ONG o el sector empresarial, aplicar GpR de forma consciente y adaptada al contexto logra algo poderoso: que las decisiones cuenten, que los recursos se traduzcan en beneficios reales y que los equipos trabajen con propósito claro.

Cuando planificamos con enfoque, medimos con honestidad y ajustamos con humildad, los resultados dejan de ser promesas y se convierten en transformaciones tangibles. Y lo mejor es que no hay que esperar a tener grandes presupuestos o tecnologías complejas: GpR funciona cuando hay compromiso, claridad y voluntad de mejorar continuamente.

Hoy más que nunca, los ciudadanos, los usuarios, las comunidades… esperan resultados reales. Apostar por esta estrategia es responder a esa expectativa con profesionalismo, con impacto y, sobre todo, con sentido.

Fuentes: